Permanecen firmes cuando se cocinan, lo que los convierte en una excelente adición a las ensaladas, y su negrura brillante proporciona un vivo contraste con las verduras de colores.
Al igual que sus hermanos marrones o verdes, las lentejas negras son una excelente fuente de hierro, fibra, proteínas, ácido fólico y magnesio.